la congregación del inmaculado Corazón de María -CIIM- llevaron acabo el inicio de las celebraciones de sus 150 aniversario con el homenaje a Sergio Berten, compañero coherente y fiel al Evangelio y al pueblo.
“Sergio Berten nació en Menen, Bélgica, el 13 de julio de 1952 y se comprometió definitivamente con la Congregación del Inmaculado Corazón de María (CICM) en septiembre de 1981 cuando pronunció sus votos religiosos.
Su compromiso era radical y a través de la Congregación encontró a su Señor en el rostro del marginado y del oprimido. Sergio trabajó en la Costa Sur donde animaba la fe cristiana en las comunidades del Puerto San José, Santa Lucía Cotzumalguapa y Tiquisate.
Como religioso quiso en todo momento estar presente con el pueblo fiel al rostro desfigurado de Cristo en los campesinos. Sergio sabía que era objeto de la cacería de las fuerzas de la oscuridad y, de esta manera, compartía en todo la suerte del oprimido.
Para protegerse a sí mismo, a los campesinos y a sus compañeros de congregación, Sergio entró en la clandestinidad y desde entonces fue poco visto por los suyos. El 19 de enero de 1982 fue secuestrado junto con otros jóvenes por hombres armados vestidos de civil, en la Calzada San Juan.”
Tomado
de: MÁRTIRES DE
GUATEMALA.
Edición
“Conferencia de Religiosos de Guatemala
– CONFREGUA, 15 de
febrero de 1988
LOS
VOTOS PERPETUOS DE SERGIO
(15.09.1980)
El
compromiso que hoy quiero pronunciar encuentra su raíz en la lucha
de los pobres, especialmente aquí en Guatemala, por lograr su
liberación y una sociedad justa y fraterna.
Reconozco
en esta lucha la presencia del Señor quien está de lado de su
pueblo y veo que en estas luchas se están dando pasos decisivos en
la construcción
del Reino de Dios.
Hoy,
si quiero ser consecuente, ya es imposible colocarme fuera de este
proyecto del pueblo en el cual veo la presencia del Señor. Es la voz
del Señor que me exige hacerme disponible para esta lucha. Todos los
que han dado su vida como mártires, y especialmente nuestros
compañeros Conrado y Walter, hoy me exigen definirme claramente. Sus
vidas estuvieron encarnadas en el pueblo Guatemalteco y la opción
por el proyecto histórico
del pueblo fue el
núcleo de su vida religiosa. EI compromiso que contraigo no puede
ser más que continuar lo que ellos empezaron.
- Me comprometo a hacer lo posible para realizar y concretizar en mi vida la opción por los pobres. Quiero vivir las implicaciones de esta opción.
En
primer lugar quiero asumir un estilo de vida sencillo y pobre;
liberarme de los bienes innecesarios porque éstos me alejan de los
pobres y son conseguidos muchas veces a costa del trabajo y la
pobreza de nuestros hermanos.
Esto
me permitirá estar abierto a la riqueza que me ofrece el pobre y
encontrar en él el rostro de Cristo. Optar por los pobres significa
aprender y conocer cada día más su idioma, su cultura; participar
en su convivencia y en sus anhelos. Requiere un esfuerzo continuo de
encarnarme en su situación porque es allí que se dan las señales
del Reino que está por venir.
La
opción por los pobres implica a la vez el esfuerzo de encontrar en
cualquier situación o lugar los pobres reales, de estudiar y de
denunciar el pecado que es causa de su pobreza: la explotación, la
opresión y la discriminación. Me comprometo a identificarme cada
vez más con la lucha y el proyecto histórico de los pobres y a dar
mi aporte en la construcción de un mundo fraterno y justo. Esto como
testimonio de que ahí se están dando pasos en la construcción del
Reino.
- La necesidad y la miseria en que viven millones de hermanos en todas partes del mundo y las luchas que están llevando a cabo me urgen a ponerme al servicio de ellos en un espíritu evangélico. Estoy dispuesto a cumplir con las tareas que se me encomienden en la medida que alcancen mis capacidades. Prometo fidelidad a este espíritu de servicio y lucha con el pueblo.
Esta
lucha, la quiero compartir con los demás compañeros de la
Congregación del Inmaculado Corazón de María con quienes
compartimos en el mismo ideal.
Quiero
manifestar mi disponibilidad de buscar con ellos los caminos más
adecuados para concretizar nuestro compromiso común con los pobres
en un espíritu de responsabilidad compartida.
Quiero
buscar con los demás compañeros una auténtica vida comunitaria, no
encerrada en sí misma sino como base desde la cual se viva
efectivamente la opción por los pobres. El compartir dentro de la
comunidad puede ser una señal de que son posibles nuevas formas de
convivencia y del Reino de Dios que está irrumpiendo en la historia.
Que sea el lugar también donde se compartan los logros y los
fracasos en la realización de nuestros ideales.
Esta
opción pudo crecer dentro y gracias al pueblo Guatemalteco. Creo que
por esta razón existe un lazo especial con él y con sus luchas. Sin
embargo, puedo entender que puedan existir en un momento dado razones
serias por las cuales me pidan ponerme al servicio en otro pueblo.
- Hay necesidad de encarnar el amor a todos los hombres, porque Dios mismo quiso que su amor se hiciera hombre en su Hijo. Este amor a todos los hombres tiene que encontrar formas muy concretas en mi vida: en la disponibilidad irrestricta para la lucha por la justicia y en construcción de comunidades donde se vivan desde ya los valores y la hermandad que buscamos.
Esta
disponibilidad, la quiero concretizar en una vida célibe como una
forma específica de abrirse a todos los hermanos y ponerse al
servicio de ellos. Quiero asumir las limitaciones que esta opción me
impone para valorizar la oportunidad que me ofrece de estar libre
para un compromiso con los pobres. La vida célibe se convierte así
en una forma de concretizar la solidaridad que no se limita a una
sola familia, ni siquiera a una sola nación, sino una solidaridad
entre todos los hombres frente a la gran tarea que tenemos en común.
Esta
vida implica un esfuerzo continuo para seguir creciendo en relaciones
afectivas con todos: hombres y mujeres. Implica tener la capacidad de
poder compartir en comunidades, equipos de trabajo, etc. en las
cuales hay lazos de amistad, fraternidad y solidaridad entre hombres
y mujeres.
- Hermanos: tengo la sincera intención de asumir este compromiso como definitivo, de acuerdo a las Constituciones de nuestra Congregación. Quiero hacer este paso después de 10 años de convivencia en nuestra Congregación y más de 5 años de presencia en Guatemala. Lo asumo después de mucha reflexión.
Estoy
consciente de que las situaciones cambian y que sin duda alguna tengo
que seguir creciendo para comprender todo el alcance del presente
compromiso.
Le
ruego al Señor y a todos ustedes que me den la fuerza y la ayuda
para poder actualizar este compromiso en cada momento histórico para
permanecer fiel no tanto a una letra que a través del tiempo pierde
su sentido, sino al Espíritu que nos une y nos anima a ser en todo
momento testigos del Reino en un mundo en camino de conquistar su
liberación definitiva.
Guatemala,
15 de Septiembre de 1980.
Sergio
Berten.
SERGIO
BERTEN
UN
COMPROMISO SELLADO CON SANGRE (antología)
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