La negociación y firma de la paz entre las élites de la izquierda guatemalteca y el alto mando militar de la oligarquía nacional, dio paso a la consolidación del plan contrainsurgente para desarmar al ejército popular y revolucionario aglutinado en la URNG, en donde los combatientes poco o nada pudieron decidir sobre su futuro, se les desarmó y se les “reincorporó” a la vida pública. Aunque el contexto internacional y nacional era poco favorable para el triunfo armado de las guerrillas, la forma y los mecanismos utilizados fueron prematuros e impuestos al ritmo de las necesidades económicas neoliberales del momento.
Con la firma de la Paz, el negocio de las privatizaciones, mas el capital extranjero designado para la consolidación de la misma, fue desviado para la recuperación de la infraestructura y la reactivación económica en una dinámica de incursión regional al mercado global, de esta manera se sentaron las bases para colocar al país y nuestros bienes naturales “estratégicos” a disposición de las transnacionales extranjeras, ante la ausencia de toda defensa por parte de organizaciones “subversivas” y revolucionarias.
La atención y solución concreta a las causas estructurales de la guerra quedaron invisibilizadas: la transformación agraria integral, el derecho a la educación y reforma educativa, el reconocimiento pleno de los pueblos indígenas y un sistema de justicia estable, equitativo y eficiente, (solo por mencionar algunos), los cuales fueron sustituidos por la “reconciliación”, “incidencia”, “auditoría social” y “cabildeo”, para lo que los fondos de cooperación fluyeron como agua en estos casi quince años de “paz”.
El escenario para los guatemaltecos no deja de ser pesimista, es de recordar que durante el gobierno de Óscar Berger, al que en sus inicios estuvo vinculado el general Otto Pérez Molina, desató una amplia ola represiva de violentos desalojos, al igual que hoy en el Valle del Polochic, buscan garantizar la reconversión económica de la zona a los monocultivos1. De llegar el partido Patriota o LIDER al poder, este plan económico esta garantizado, no solo podría significar el retroceso a plomo del avance de las luchas por la defensa del territorio, sino también coincide con el descenso y fracaso de la llamada agenda de mesas de diálogo. Aunque hay algunos que pregonan desde la comodidad de la capital que el PP es el regreso al pasado, la verdad es que el plan de despojo continúa con un paso mas acelerado desde 1996.
La reapertura de destacamentos militares en zonas de alta concentración de riqueza natural y resistencia de los pueblos, es un ejemplo claro de la preocupación imperial, y que como ha sucedido muchas veces a lo largo de la historia, han manipulado el marco legal de acuerdo a los intereses del nuevo contexto, (la reforma del artículo 1 del acuerdo gubernativo número 178-2004 de fecha 17 de junio de 2004 por el 216-2011, reformado el 29 de junio de 2011, el cual autoriza al ejército el reclutamiento de personal que permita recuperar capacidades para cumplir la misión que por mandato constitucional le es asignado, como es la seguridad nacional; así como el artículo 4, que designa al ejército no menos del 0.33%2 del PBI, incorporando adicionalmente a ese porcentaje las otras fuentes de financiamiento que perciba la institución), lo anterior demuestra la preocupación de las élites nacionales por fortalecer la relación con su ejército y reafirmar su pacto de impunidad3 y simbiosis4.
La preocupación de las élites también se evidencia con la penetración económica de todas las fuerzas políticas de derecha, para asegurar la estabilidad en la región ante la llamada por ellos “inminente amenaza”, del avance de una propuesta nacionalista en El Salvador, Nicaragua y posiblemente Honduras. Guatemala se convierte en la punta de lanza del “traspatio” norteamericano que le disputa la hegemonía al Sur desde el conservador y criminal de guerra Otto Pérez Molina y populista Baldizon.
Con el pretexto de la lucha contra el narcotráfico, los yanquis impulsarán en los próximos meses un plan de combate al NARCO con el ejército de Guatemala, de allí la coincidencia de la entrega de los archivos del ejército5, con la cumbre de “Seguridad Regional”, la cual plantea el rearme y modernización de las fuerzas locales de “seguridad”.
Tampoco es coincidencia la designación del nuevo embajador norteamericano Arnold A. Chacón6, que por su “destacado” trabajo pro militarista e imperialista en Europa, es trasladado de España a Guatemala en un momento clave de la lucha para la emancipación y reconquista de la verdadera independencia de los países de nuestra América.
El casi inminente regreso del primer criminal de guerra electo “democráticamente7”, llega en un momento clave de la pérdida hegemónica norteamericana en la región y el auge de la violencia desatada por el paso hacia Norteamérica de las drogas. Otto Pérez Molina o Manuel Baldizon garantizarán la continuidad de la política entreguista, la defensa de los intereses económicos norteamericanos y europeos, brindará el equilibrio necesario para la región centroamericana y tranquilidad de las élites nacionales en su proyecto de acumulación capitalista a base de la servidumbre internacional.
Hoy más que nunca nuestro carácter anti imperialista y anti militarista debe de reafirmarse y continuar en la búsqueda del proceso por la verdadera emancipación e independencia económica en Guatemala.
1 A la fecha la problemática de la región se ha prolongado y el actual gobierno de la UNE dio soporte y continuidad al proyecto financiero del valle.
2El acuerdo viola el techo establecido por los acuerdos de paz.
3A pesar de que los medios corporativos de comunicación dan fe del amplio involucramiento de los militares en actividades del narcotráfico, a la fecha no existe ninguno de ellos ligados a procesos por robo de armas, distribución de municiones, etc.
4En reiteradas ocasiones empresas como Cementos Progreso ha sacado campos pagados en apoyo al ejército (30 de junio 2010), por su aniversario. Cabe mencionar que el ejército de Guatemala jugó un papel protagónico en la implementación del estado de excepción en San Juan Sacatepéquez, en donde las comunidades kekchís se oponen la construcción de la cementera de la familia Novella.
5 El ejército solo trata de hacer creer que esta colaborando con el esclarecimiento de los crímenes de guerra y genocidio a fin de acceder a fondos internacionales y armamento norteamericano.
6 Arnold A. Chacón. Un Experimentado agente de la CIA, que desde España reimpulso el rearme y la carrera armamentista de la OTAN, que también busca la reactivación económica Yanqui en un momento critico para las finanzas del país del norte.
7 Recientemente Edelberto Torres habló de que Otto Pérez M. será el primer general electo democráticamente finalizada la guerra.
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