Entre los días de 11, 12 y 14 de febrero, tractores y maquinaria
pesada del ingenio azucarero Chabil Utzaj propiedad del grupo
Nicaraguense Grupo Pellas, destruyó los cultivos que habían sido
plantados por 78 familias de la Comunidad Agua Caliente, en el
municipio de Panzós, una de las 14 comunidades que fueron
desalojadas en marzo del 2011 en el Valle del Polochic. Estas
familias son parte de las 769 familias que gozan de Medidas
Cautelares por parte de la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos y son parte a las que el presidente se comprometió a
adjuntar tierras.
Ante la falta de cumplimiento a los compromisos del gobierno a dos
años de los desalojos violentos estas familias sembraron maíz,
frijol y matas de banano para su alimentación a orillas del río
Polochic, en terrenos que, de acuerdo con el artículo 122 de la
constitución de la republica, son reserva territorial del estado.
El 11 de febrero, las familias afectadas pidieron a los empleados de
la empresa que se les permitiera recoger la cosecha, la cual estaría
lista en un mes y les ayudaría a mitigar el hambre, No obstante, los
trabajadores del ingenio no accedieron y procedieron a destruir y
robar las siembras, una perdida que según los damnificados asciende
a 2 mil quetzales por familia.
El gobierno patriota se había comprometido hace ya un año a
garantizar alimentación, seguridad, vivienda y salud a las
comunidades desalojadas en esta etapa de expansión de monocultivos
para agro-combustibles sin embargo las comunidades campesinas
continúan siendo impunemente despojadas y lanzadas a la calle sin
que el gobierno tome acción alguna para mitigar el hambre de cientos
de niños denuncio en conferencia de prensa una lidereza campesina.
La situación es critica, sobre todo para las mujeres que para
garantizar si quiera uno o dos platos de comida para sus hijos que
presentan graves índices de desnutrición, los hombres están
estigmatizados y no califican para ser contratados para un proyecto
que prometió: “trabajos y salarios”. Lo que se vive en la región
es un acto inhumano pues la desnutrición, la falta de salud,
vivienda y educación hace insostenible la presencia humana.
Diversas organizaciones sociales y populares aglutinadas en la campaña Vamos al Grano y la Marcha Indígena y Popular hicieron el llamado una
vez más para que el gobierno actúe y se retomen los compromisos
para garantizar la vida e integridad de los hombres, mujeres y niños
que hoy en el Polochic Resisten a la Inversión Extranjera.
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