18 abr 2016

Mural de Alfaro Siqueiros: Del Porfirismo a la Revolución

Un grupo de campesinos que con bayonetas, indican el inicio del movimiento armado.

El Pueblo en Armas, aparece acompañado por Francisco Madero, José María Pino Suárez, Carranza, Emiliano Zapata, Francisco Villa, Felipe Ángeles, Álvari Obregón y Plutarco Elías entre otros. La mujer de lado derecho representa a la nación en llamas.
Los ideólogos de la revolución, entre ellos aparecen Marx, Bakunin, y Proudhon; Ricardo y Enrique Flores Magón. Marx aparece con El Capital en su mano y tras el grupo descrito, un conjunto de hombres que al aparecer sin sombrero, podrían representar al conjunto de ideólogos e intelectuales que secundaron el movimiento revolucionario


Obreros cargan a una víctima tras la represión de ka huelga Cananera. Aparecen también algunos líderes como Francisco Ibarra y Manuel M. Diéguez, a cuyas órdenas estuvo David Alfaro Siqueiros durante el movimiento Armado
Los ranger norteamericanos se prestan a reprimir a los mineros y a los lideres en huelga de la Cananea Consolidated Cooper Company.

Siqueiros plasmó lo que consideró una de las causas más importantes del estallido de la Revolución: la huelga y sus efectos politizadores en la población.

Porfirio Díaz en la silla presidencial observa el baile de las tiples de la época. Con su pie izquierdo pisa la constitución de 1857, mientras que el grupo de los científicos lo adula y aconseja.

Simboliza el autoritarismo del régimen.

A la izquierda un grupo de empresarios con cara atemorizada ante la subversión de las masas.


David Alfaro Siqueiros es considerado como uno de los grandes muralistas de México. 

A la edad de 18 años siente el llamado revolucionario para enlistarse al Ejercito Constitucionalista. Años después se une al Partido Comunista Mexicano, sufrió continuos exilios por su radicalidad en la defensa de la causa comunista y la subversión. Probablemente por su carácter de artista y promotor de la revolución mexicana las represalias estatales nunca fueron tan severas, aun que esto no lo salvo de la cárcel. 

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