Por Arturo Taracena Arriola.
En los primeros días
de febrero de 1962, hace exactamente 50 años, surgía la lucha armada en
Guatemala encabezada por los primeros movimientos guerrilleros, formados
en un principio por jóvenes oficiales del ejército nacional en franca
rebelión contra el gobierno de Miguel Ydígoras Fuentes. Aquí una crónica
sobre este momento que será determinante en nuestra historia
contemporánea.
En
los primeros días de febrero de 1962 salió a la luz pública el “Frente
Guerrillero Alejandro de León-13 de Noviembre” por medio de un
comunicado en el que sus integrantes se reclamaban como miembros de la
sublevación militar de 1960 y señalaban que había llegado el momento de
actuar para “derrocar al gobierno (…) y formar un gobierno que sea
respetuoso de los derechos humanos, que busque los remedios para los
males de nuestro país y que tenga una política exterior seria y digna”
(Frente Guerrillero Alejandro de León-13 de Noviembre. Pueblo de
Guatemala, febrero de 1962). El día 6 de ese mes en su nombre se
realizaron acciones militares en el departamento de Izabal (Morales y
Entre Ríos) y en el kilómetro 80 de la carretera al Atlántico, tomando
los fondos de la United Fruit Company en Bananera y tendiendo una
emboscada a los integrantes del destacamento de la Base Mariscal Zavala.
Sin embargo, se fracasó en el intento por tomar la Base de Zacapa.
(Frente Guerrillero Alejandro de León-13 de Noviembre. Comunicado al
Pueblo de Guatemala, 8/2/1962). El gobierno reaccionó publicando un
comunicado en el que advertía que “varios oficiales traidores del 13 de
noviembre”, luego de cruzar la frontera, habían sorprendido a las
fuerzas militares, escondiéndose después en las montañas. Por ello,
pedía a los campesinos de la zona que los denunciaran a cambio de una
recompensa. A su vez, el gobierno clamó la intervención de la Comisión
Interamericana de Paz, arguyendo que el surgimiento del movimiento
estaba propiciado por fuerzas foráneas. El ejército informó haber
derrotado a los insurrectos.
Los oficiales rebeldes respondieron declarándose “nacionalistas” y
negando haber sufrido derrotas militares. Afirmaban que Marco Antonio
Yon Sosa dirigía el ya denominado Movimiento Rebelde 13 de Noviembre
–MR13– (Movimiento Rebelde 13 de Noviembre. ¡Ydígoras
Farsante!,16/2/1962 e Ydígoras Miente, febrero de 1962). El día 15 de
febrero, desde la Sierra de las Minas, apareció el primer Informador
Rebelde, con información militar y avisos a la población civil sobre los
planes antisubversivos del gobierno y, el 26, se leyó en la Radio
Internacional la declaración Quiénes somos, qué queremos y por qué
luchamos, en la que se autodefinían como “oficiales del ejército de
Guatemala, que desde el 13 de noviembre de 1960 luchamos por darle a
nuestro país un gobierno que actúe con normas democráticas según los
intereses del pueblo”, a la vez de que hicieron un llamado a
estudiantes, obreros, campesinos, periodistas, escritores, industriales,
comerciantes progresistas, jefes y oficiales del ejército a
incorporarse a la lucha armada.
Hacia la búsqueda de un programa político
Necesitado de definir su pensamiento político por las acusaciones de
que eran comunistas, el MR13 redactó una nueva declaración a la prensa
nacional en la que planteaba un primer programa político del movimiento.
Este hacía un llamado a la ciudadanía y a la oficialidad a impulsar la
“lucha armada” contra el gobierno de Ydígoras. Estaba dividido en el
rubro “económico”, en el que se hacía énfasis en la corrupción del
gobierno, la necesidad de una reforma agraria, la farsa de la revolución
industrial propugnada por el gobierno, el problema del desempleo y la
falta de una reforma tributaria. En el rubro “político” se denunciaba la
violación de la Constitución por parte del gobierno, la corrupción de
las Fuerzas Armadas y su atropello a los derechos humanos. Y, en lo
“administrativo”, se sostenía que la descomposición social que vivía
Guatemala se debía a causas económicas, de represión estatal y de
práctica clientelista (MR13. Declaración a la Prensa Nacional de los
militares del 13 de Noviembre que integran el Frente Guerrillero
Alejandro de León para el conocimiento del Pueblo de Guatemala, febrero
de 1962). Estaba suscrita por el teniente Marco Antonio Yon Sosa y los
subtenientes Luis Trejo Esquivel, Luis Turcios Lima, Rodolfo Chacón,
Julio Bolaños San Juan, Emilio Eva Zaldívar y Ronaldo Pazos Rosal, así
como por el subteniente de comisionados militares Benedicto Ramírez
Huertas y el sargento de Policía Militar, Antonio García López.
Pocos días después, el MR13 dio a conocer una nueva proclama
programática en trece puntos en la que retomaba las reivindicaciones
políticas y socioeconómicas de la Revolución de Octubre, más las
demandas de la rebelión militar de 1960, las cuales se resumían en las
consignas de “democratización y nacionalismo” (MR13. “Proclama contra
Ydígoras Fuentes”, Revolución, V/1005, La Habana, 14 de marzo de 1962).
La misma fue secundada en la capital por el denominado Frente Patriótico
Revolucionario (FPR), que expresaba la continua presencia de civiles al
lado de los oficiales rebeldes, entre los que destacaban Mario Lemus y
Manuel Colom Argueta, quienes fueron los que dieron el tono social a la
redacción de las primeras proclamas del MR13. Surgía así la lucha armada
guerrillera como método para la toma del poder. Era el inicio en
Guatemala del camino revolucionario por el que casi todos los fundadores
del MR13 habrían de morir entre 1963 y 1970 enfrentados al ejército,
garante de la institucionalidad surgida a raíz de la intervención de
1954.
La coyuntura de las jornadas de marzo y abril
Paralelamente, la estancia de los sublevados en la capital tuvo como
principal actividad entrar en contacto con las fuerzas opositoras al
mismo. Contactaron primero a los integrantes del Movimiento de
Liberación Nacional (MLN), quienes se encontraban abiertamente opuestos a
Ydígoras desde su alianza con el coronel José Luis Salazar y el
Movimiento Democrático Nacional (MDN). Luego, con los dirigentes de la
Democracia Cristiana y de la Unión Revolucionaria Democrática (URD),
para finalmente terminar acercándose al Partido Guatemalteco de Trabajo
(PGT), en momentos en que se daba la coyuntura insurreccional de marzo y
abril de 1962. En el contexto de estas jornadas, conjuntamente con un
Frente Unido de Reivindicaciones de la Dignidad Nacional, el MR13 hizo
un llamado el día 4 de abril a “los militares que se sientan honestos”
para derrocar al “desgobierno actual (FURDN-MR13. ¡Pueblo y Ejército de
Guatemala!, 4 de abril de 1962). A este le siguió otro destinado “a los
compañeros de armas” en el que se les pedía luchar a favor del los
intereses populares (MR13. Sereno y Juicioso llamado a los Jefes y
Oficiales del Ejército de Guatemala, en esta hora de preocupación
nacional, abril de 1962). Luego, pasada la efervescencia de las
reivindicaciones capitalinas y del intento guerrillero del mes de marzo
en Concuá por parte del PGT y el PUR (Partido de Unidad Revolucionaria),
el cual estuvo encabezado por el coronel Carlos Paz Tejada, la prensa
recogió los días 31 de mayo y 3 de junio de 1962 las primeras
declaraciones de Yon Sosa como dirigente guerrillero, subrayando este la
ilegitimidad en que había caído el gobierno. En respuesta, el 8 de
junio, Ydígoras propuso otorgarles una nueva amnistía a los
participantes en los sucesos de 1960 que no tuvieran delitos de sangre.
De esa forma, fue promulgado el Decreto 1538, cuyo efecto fue decantar
aún más al reducido grupo de oficiales rebeldes.
Hacia la radicalización de los militares rebeldes
Los meses que se siguieron estuvieron marcados por la visita de Yon
Sosa, Turcios Lima y Trejo Esquivel a Cuba en agosto de ese año. Allí
vivieron la crisis de los misiles entre la Unión Soviética y Estados
Unidos, la cual les impidió regresar a Guatemala hasta finales de ese
año. Para entonces, ya estaba desarrollando una polémica ideológica en
el seno de oficiales rebeldes a favor de darle un mayor contenido social
a las demandas de su movimiento. En el fondo, se debatía si era viable
el objetivo de acudir a la lucha armada para las transformaciones
estructurales en el país. Debate que cruzaba a todos los sectores
involucrados en el surgimiento de la guerrilla guatemalteca. Al regreso
de sus líderes de Cuba, el MR13 celebró su primera conferencia de
Dirección Nacional, evaluando su situación interna y sustituyendo su
calificativo de “rebelde” por el de “revolucionario”.
En diciembre de ese año de 1962, los integrantes el MR13 participaron
finalmente en la creación de las Fuerzas Armadas Rebeldes. En la misma
participaron Yon Sosa, Turcios Lima, Trejo Esquivel y el coronel Loarca
Argueta junto a dirigentes del PGT y del Movimiento 12 de Abril. El
resultado fue el inicio de la creación de tres frentes guerrilleros en
enero de 1963. De esa forma, un año después de haberse iniciado la lucha
armada en Guatemala, se dio a conocer públicamente el 6 de febrero el
surgimiento de las FAR bajo la comandancia de Yon Sosa. El 31 de marzo
el coronel Peralta Azurdia encabezó el primer golpe militar
institucional en América Latina, concebido ya en la lógica de la
Doctrina de Seguridad Nacional. De esa forma, se reafirmó la
institucionalidad anticomunista surgida con el derrocamiento del
presidente Árbenz y el conflicto armado ya no tuvo vuelta atrás hasta
los Acuerdos de 1996.
La disputa actual por la verdad histórica
Cincuenta años después esos Acuerdos están incumplidos, lo que en
gran manera hace que la memoria en torno a la herencia del movimiento
castrense del 13 de Noviembre siga siendo disímil en la valoración
histórica y política. Es normal que los acontecimientos políticos,
sociales y culturales produzcan memorias distintas, en gran medida
enfrentadas, pero penalizar a una de ellas con la explotación del miedo,
usando el discurso oficial, sólo contribuye a rechazar la posibilidad
de vivir en democracia. La memoria del Estado no es necesariamente la
memoria verdadera. Recordemos de paso que, historia y memoria no son lo
mismo, y que si bien la memoria es fundamental para escribir la historia
contemporánea, la principal garantía de verdad para esta son los hechos
verificables.
*Arturo Taracena Arriola es Doctor en Historia en la École des Hautes
Études en Sciences Sociales de París, Francia. Es autor, entre otros
títulos, de “Etnicidad, Estado y nación en Guatemala, 1808-1944”
El Coronel Loarca Argueta fue mi tío abuelo. Me gustaría saber más al respecto de él, por lo que le agradeceré mucho si me puede compartir alguna otra información.
ResponderEliminarMuchas gracias por su atención, Saludos cordiales,
Patricia Annabella Cifuentes Loarca
Dirección Electrónica: patcif@gmail.com
Teléfono Móvil: +502 52014987
hola, en este marco de disputa de la memoria, hay un elemento importante que hay que recobrar, que es el papel de traidor que el ejercito de guatemala ha tenido siempre, pero especialmente luego de la invasion del 54, y que nos daria un elemento para poner sobre la mesa y que se enfrentaria a la DIGNIFICACION que ellos quieren hacer del ejercito al sentirse atacados (segun dicen con los juicios). Digo esto porque estos hechos que se suman a otros de rebeliones al interior del ejercito, dan cuenta de que dentro de las filas, se sentia y comprendia este rol. bueno solo una idea para seguir adelante, gracias. Sandra Morán
ResponderEliminarExcelente publicación, y muy oportuno recordar estos acontecimientos de hace 50 años que han sido trascendentales en nuestro país. Pero es triste que la realidad no cambie y nuestra sociedad siga padeciendo los mismos problemas de hace medio siglo.
ResponderEliminarQuisiera saber si las imágenes del comandante Manco Antonio Yon Sosa y Luis Augusto Turcios Lima pueden ser publicadas en Creative Commons para crearles un pequeño artículo con su biografía en Wikipedia.
Quedo a espera de los comentarios sobre las fotografías.
Respecto al comentario anterior, para que las imágenes sean utilizadas en Wikipedia deberían ser registradas en:
ResponderEliminarhttp://commons.wikimedia.org/wiki/Portada
Saludos.
Que buena informacion y fotos, honremos la memoria de estos hombres admirables, dios tenga piedad de ellos, que bueno que Yon Sosa, Turcios Lima, Cesar Montes y demas eran chapines de pura cepa.
ResponderEliminarExcelente artículo. Gracias por la publicación.
ResponderEliminarUn saludo desde Colombia. Que importante que esta información salga a la luz de la opinión pública, a través de este medio para romper la oscuridad en que nos ha mantenido el sistema opresor capitalista. Por lo menos en estas páginas, podemos conocer la biografía de nuestros lideres nacionalistas latino americanos, desconocidos en nuestro en nuestra patria grande que fue el sueño de Bolívar, Martí, El Che y todos los que han luchado por la liberación del yugo imperialista de los gobernantes de los Estados Unidos.
ResponderEliminarTube el gusto de conocer al Comandante YON SOSA y a su familia (doña Chuz, Carlitos, Manzano, Iris., etc.) Me encantaria tener un poster o foto de el, se puede conseguir? Siempre lo admire, era muy amigo de mi abuelo y cuando ellos conversaban (mi abuelo tambien fue guerrillero) yo los escuchaba, mi abuelo me decia que yo no tenia que contar nada de lo que escuchaba. fsue en Quirigua en los años 60's a mi abuelo lo mataron los militares en el 63, QEPD y siempre me recuerdo de el y de Maco (como el le decia). interesante informacion y yo que vivi en carne propia todo lo que hacia la United Fruit Company en ese tiempo junto con el gobierno de Peralta Azurdia, asesino criminal.
ResponderEliminarme da mucho gusto que los recuerde con mucho cariño. S
ResponderEliminaron mi familia! me gustaría saber un poco mas de ellos
Ay de aquellos tiempos, donde la juventud era el presente constante de cambio, de fuerza a todo lo que le venía encima.
ResponderEliminarhola soy de Izabal, y siempre e admirado a Marco Antonio Yon Sosa, una revita que se llama el revelde olvidado, en honor a yon sosa pienso que existen personajes como el pero necesitamos darnos a conocer..
ResponderEliminarEsta historia seria bueno que la incluyeran en los libros de primaria para que nuestros hijos y nietos se den cuenta de la realidad de Guatemala,nuestra Guatemala sumida en la extrema pobreza
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