La Fundación Esfuerzo y
Prosperidad –FUNDAESPRO- presentó el informe sobre la Situación
del Analfabetismo en nuestras comunidades llevada acabo en Áreas
precarias de la Ciudad de Guatemala.
Según datos de CONALFA,
en base a proyecciones de población 2012, con datos del XI censo de
Población 2002 del INE, la población mayor de 15 años del total de
la república se estima en 8, 392,240, de estas, 1,
549,408 que representa el 18.46%, son analfabetas.
En Guatemala, las
personas mayores de quince años son 3, 975, 837; de éstas 668,566
son hombres, de los cuales un 16.82% son analfabetos. Dentro de
este mismo segmento 4, 416,403 son mujeres y 880.84, o sea el 19.94%
son analfabetas. Los departamentos más altos en índices de
analfabetismo son: 35.35% en el Quiché, 31.83% en Alta Verapaz,
29.73 % en Chiquimula, 28.43% en Baja Verapaz, el 27.29% en
Huehuetenango y el 26.47% en Jalapa. Y los departamentos que
presentan menor índice de analfabetismo son: Guatemala con el 6.93%,
Sacatepéquez con 12.28%, el Progreso iguala a Chimaltenango con el
14.43%, Petén con el 14.71%, Zacapa con el 15.14% y Escuintla con
el 15.1%. El resto de Departamentos promedia un 19.95% de
analfabetismo.
El analfabetismo se
concentra sobre todo en las zonas rurales y urbano-marginales,
particularmente entre las mujeres, especialmente en la población que
vive en condiciones de pobreza y pobreza extrema.
Guatemala es frente a la
región, el país con más alto grado de analfabetismo en donde el
18.5% las personas mayores de 15 años viven en condiciones de
analfabetismo absoluto. Es decir que no tienen dominio de las
competencias básicas para leer y escribir.
Sin embargo,
investigaciones independientes han establecido que el desuso de la
lectoescritura, provoca que de nuevo se vuelva a la situación de
analfabetismo. Esto implica la existencia de subregistro con los
cuales el indicador nacional podría elevarse drásticamente.
Este fenómeno encuentra
sus raíces en la impertinencia de las políticas y la lógica de los
procesos del Estado que en muchos de los casos excluyen los intereses
de la población que terminan por desaprobar los esfuerzos
gubernamentales. La lógica que se impone parte de que la población
quiere aprender a “leer y escribir” pero la lógica de la
población no encuentra la relación entre alfabetizarse y vivir
mejor.
La Fundación Esfuerzo y
Prospidad –FUNDAESPRO- presentó el informe sobre la Situación
del Analfabetismo en nuestras comunidades llevada acabo en Áreas
precarias de la Ciudad de Guatemala.
El indicador de
analfabetismo en las áreas precarias es de 10%, pero el 18% de la
población consultada declaró saber leer y escribir, a pesar que
solo reporta haber cursado primer grado primaria, por lo que es
muy probable que su grado de competencia lectora sea muy débil y de
hecho similar a quienes dicen no saber leer y escribir. La situación
es más desfavorable para las mujeres en áreas precarias, ya que se
reporta un 16% de analfabetismo frente a un 3.2% de los hombres.
De los consultados
solo el 27.8% terminó la primaria, el 6.7% 1ro básico, 3.3% 2do
básico y el 10.0% 3ero básico. No se reportan estudios a nivel
diversificado, mucho menos universitarios y aunque el estudio se
llevó a cabo en 20 zonas precarias que rodean la Ciudad de
Guatemala, Villa Nueva y Chinautla, sus resultados pueden ser un
indicador y pueden marcar una tendencia aplicable a otras áreas del
país que viven en condiciones similares y que enfrentan los efectos
sociales de la negación a sus derechos.
La población ha
aprendido a subsistir en condiciones adversas que obligan a
privilegiar la búsqueda de satisfactores para las necesidades
inmediatas por lo que no se identifica en la educación una prioridad
en una población excluida, urgida en resolver el día a día, por lo
que el promedio de escolaridad por persona en Guatemala es de 4.3
años.
Algunas de las
conclusiones del estudio reflejan que la educación de personas
jóvenes y adultas, en particular la alfabetización, sigue siendo
una materia pendiente en el conjunto de políticas y acciones del
Estado.
Finalmente es importante
mencionar que las comunidades comúnmente identifican la educación
como el medio para alcanzar mejores condiciones materiales para vivir
pero minimizan el potencial político y transformador que la
educación tiene en cualquiera de sus expresiones y modalidades.
interesante
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