El día 29 de mayo de 1978, para insistir
en el reclamo de la tierra y manifestar el descontento ocasionado
por los actos arbitrarios de finqueros, autoridades locales y militares,
campesinos de las aldeas Cahaboncito, Semococh, Rubetzul, Canguachá,
Sepacay, finca Moyagua y del barrio La Soledad, decidieron realizar
una manifestación pública.
Este día,
cientos de hombres, mujeres, niños y niñas indígenas
se dirigieron a la plaza de la cabecera municipal de Panzós,
cargando sus instrumentos de trabajo, machetes y palos. Una de las
personas que participó en la manifestación afirma:
"La idea no era pelear con nadie, lo que se pedía era
la aclaración de la situación de la tierra. La gente
venía de varios lugares y no tenían armas de fuego".24
Hacia las ocho de
la mañana la población maya q'eqchi' fue llegando
a la plaza hasta que se llenó.25
El alcalde y los funcionarios municipales se encontraban dentro
de la sede comunal, reunidos a puerta cerrada. Varios miembros del
Ejército armados, algunos con ametralladoras, se encontraban
en la puerta y también había soldados en el techo
del edificio municipal, en el techo de la iglesia y sobre el salón
municipal. 26
Alrededor de las
nueve de la mañana los campesinos solicitaron hablar con
el alcalde sobre sus problemas de tierras. El alcalde accedió
a hablar, pero sólo con cuatro representantes del grupo.
Sin embargo, debido al tumulto la reunión no se pudo realizar.27
Según una persona que estuvo en la plaza, un militar afirmó:
"Si tierras quieren, la van a tener pero en el camposanto"28
y acusó a los campesinos de estar orientados por la guerrilla.
Hay distintas versiones sobre cómo se inició el tiroteo. Unos afirman que comenzó cuando "Mamá Maquín"29 empujó a un soldado que le impedía el paso; otros sostienen que se produjo debido a que la gente empujaba tratando de entrar en la municipalidad, lo que fue interpretado por los soldados como una agresión.30 Un testigo afirma que uno de los manifestantes le quitó el arma a un soldado pero que no la usó, por no saber hacerlo. Varias declarantes sostienen que un militar dijo: "Uno, dos, tres, fuego".31 En efecto, el teniente que dirigía a la tropa dio las órdenes para disparar contra la gente reunida.32 Los disparos, que sonaron durante unos cinco minutos, fueron hechos por las armas de reglamento que portaban los militares, así como las tres metralletas ubicadas a las orillas de la plaza. Los campesinos, por su lado, hirieron con machetes a varios soldados. Ningún soldado fue herido por arma de fuego. La plaza quedó cubierta de sangre.
Hay distintas versiones sobre cómo se inició el tiroteo. Unos afirman que comenzó cuando "Mamá Maquín"29 empujó a un soldado que le impedía el paso; otros sostienen que se produjo debido a que la gente empujaba tratando de entrar en la municipalidad, lo que fue interpretado por los soldados como una agresión.30 Un testigo afirma que uno de los manifestantes le quitó el arma a un soldado pero que no la usó, por no saber hacerlo. Varias declarantes sostienen que un militar dijo: "Uno, dos, tres, fuego".31 En efecto, el teniente que dirigía a la tropa dio las órdenes para disparar contra la gente reunida.32 Los disparos, que sonaron durante unos cinco minutos, fueron hechos por las armas de reglamento que portaban los militares, así como las tres metralletas ubicadas a las orillas de la plaza. Los campesinos, por su lado, hirieron con machetes a varios soldados. Ningún soldado fue herido por arma de fuego. La plaza quedó cubierta de sangre.
De inmediato, el
Ejército cerró las principales calles de acceso, a
pesar de lo cual un declarante cuenta: "Los indígenas
salieron despavoridos".33
Un helicóptero del Ejército sobrevoló el pueblo
antes de recoger a los soldados heridos.
Un estudiante de
Medicina, que realizaba su práctica profesional (EPS) y una
trabajadora del centro de salud acudieron para recoger a los heridos.
El centro de salud fue rodeado por los soldados. Con mucho esfuerzo
y superando diversos obstáculos consiguieron atender a los
heridos. "Ese día se estaba trabajando duro, hasta
las cinco de la mañana (...) por mala suerte hubo derrumbe
y no pasaba la ambulancia desde Cobán, tres Pick-ups llevaron
a los heridos al Estor; la ambulancia no alcanzaba".34
Un vecino del pueblo ayudó con las medicinas de su farmacia
y también colaboró en la atención a los heridos.
Después de
la masacre, los militares prohibieron entrar a la plaza. En la tarde,
autoridades municipales ordenaron levantar los cadáveres.
Miembros del Ejército los metieron en la palangana de un
camión azul de la municipalidad. Los llevaron a un lugar
cercano al cementerio público y, con un tractor, cavaron
un hoyo, donde colocaron los cuerpos. De este modo enterraron a
34 personas.35 Al
día siguiente algunos campesinos fueron obligados por el
jefe de la Policía Municipal, a inhumar el cuerpo de una
persona que murió en el centro de salud.
Muchas de las personas
que huyeron del lugar de los hechos se refugiaron en el barrio La
Soledad. Hasta allí los persiguieron los soldados, maltratando
a los que encontraba en su avance. Otras personas, mal heridas,
murieron en la huida y sus cadáveres fueron encontrados más
tarde en potreros o ahogados en el río Polochic. El alcalde
de El Estor en aquella época afirmó, según
la versión de un declarante, que aquel día recogieron
25 cadáveres que llegaron arrastrados por el río Polochic.
Sobre la base de
informaciones recabadas por la CEH, se pudo establecer que murieron,
tanto en la plaza como en las tentativas de fuga, un total de 53
personas.36 Otra
fuente, señaló que, unas 47 resultaron heridas.37
Entre las personas que murieron estaba Adelina
Caal, conocida como "Mamá Maquín".
A partir de la masacre
el Ejército inició en el Valle Polochic una represión
selectiva contra los líderes comunitarios que reivindicaban
tierras y así también contra sacerdotes mayas. De
las personas desaparecidas y ejecutadas extrajudicialmente por los
soldados, comisionados militares y patrulleros de la autodefensa
civil, entre 1978 y 1982, la CEH registró 310 víctimas.42
A consecuencia de estos hechos, se veían a diario cadáveres
de indígenas flotando en el río Polochic. Según
la declaración de una persona que trabajó en proyectos
de desarrollo en el Valle Polochic entre 1978 y 1982: "Cada día,
cuando iba a trabajar, me imaginaba que eran los mismos cadáveres
que pasaban en el río, aunque sabía que no era posible,
era demasiado fuerte darme cuenta que cada remolino traía
nuevos muertos".43
La represión
generalizada atemorizó e inmovilizó a la población
de Panzós. Las peticiones de tierras disminuyeron. Desde
1978 hasta 1996 no volvería a realizarse una manifestación
pública.
Cabe destacar que algunos de los destacamentos
militares se ubicaron en terrenos de propiedad de finqueros, como
el de la finca Tinajas y el de la finca Saquijá.
El 29 de mayo de
1997, 19 años después de la masacre, el Comité
de Viudas de la zona presentó la denuncia ante el Juzgado
de Paz de Panzós. El proceso se encuentra en la etapa de
instrucción.
La exhumación
de las víctimas de Panzós se realizó en septiembre
de 1997 y el informe pericial fue entregado en junio de 1998, por
la Fundación de Antropología Forense de Guatemala
(FAFG). Además, se han recibido siete declaraciones de testigos
presenciales. Hasta la fecha de elaboración de este Informe
no hay sindicados en el proceso.
Aura Elena Farfán miembra de FAMDEGUA junto a un Antropólogo |
En el Informe forense
consta el hallazgo, en dos fosas, de 35 osamentas. De éstas,
sólo se logró la identificación tentativa de
dos, debido a su mal estado de conservación o a la escasa
información ante mortem disponible. La gran mayoría
de los restos analizados correspondieron a personas de sexo masculino
(26 masculinos y 3 posibles masculinos). Por su parte, la edad de
la mayoría se situaba entre los 19 y los 29 años.
De las osamentas encontradas, sólo dos presentaban heridas
de proyectil de arma de fuego evidentes, pero sobre la base de la
interpretación de las placas de rayos X se pudo determinar
que 18 osamentas, esto es el 51 % de las encontradas, presentaban
fragmentos de proyectil de arma de fuego.44
Fuente: informe de la CEH
fotografía. Archivo de la Asociación de Familiares de
Personas Detenidas Desaparecidas de Guatemala FAMDEGUA.
Agrocombustibles, BCIE, Grupo Pellas---Widmann, y las agresiones a familias Q'eqchies en el Valle del Polochic continuan hoy, por eso es que es tan importante el juicio y castigo del pasado para que no se repita en el presente.
ResponderEliminar"El color de la sangre no se olvida", ni olvido ni silencio. Juicio a los responsables de las masacres de ayer y de hoy!
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