En un país donde las
sectas ultra conservadoras y neo fundamentalistas son propiciadas por
el poder mismo, el tema de la despenalización de las drogas,
plantearlo puede resultar contraproducente, a no ser que detrás de
la propuesta se estén jugando algunos intereses que bien vale la
pena arriesgar el nombre.
La propuesta del PP iría
encaminada a tratar de cubrir el déficit de seguridad accediendo a
fondos y asistencia técnica, específicamente a planes de lucha anti
narcóticos como el Plan Mérida. Primero para tapar el agujero
financiero de la tan anunciada seguridad del Partido Patriota y
segundo para reposicionar al ejército encabezando éste la lucha
contra el narcotráfico, acciones que cuyo fin primordial sería
ponerle fin al embargo militar de los Estados Unidos que por años ha
desviado los mecanismos de cooperación técnica y financiera con las
fuerzas armadas guatemaltecas.
En un país que muere
desangrado por la impunidad, herencia militar, la despenalización de
las drogas se convierte en un distractor. Mientras se evaden
problemas como el trasiego, contrabando ilegal y comercio legal de
armas (todas ellas inherentes al monopolio militar), o la “pérdida”
de cientos de armas y miles de municiones de los cuarteles del
ejército, mismas que por lo regular son encontradas posteriormente
en manos del crimen organizado y narcotráfico sin que las
autoridades militares den respuesta o enfrenten la justicia.
Mientras México exige
acciones prontas y verdaderas a los Estados Unidos en lo referido a
la exportación y comercio de armas, tras el fracaso del Plan Mérida
y el ascenso implacable de la violencia en la guerra contra el
narco, el Partido Patriota trata de chantajear al gobierno de los
EEUU, que de no levantar el embargo militar para acceder a más
fondos militares las drogas pueden llegar a legalizarse en el país.
Los recientes ejercicios
militares anti narcóticos llevados acabo en Costa Rica, donde
participaron países como Gran Bretaña, Francia, Canadá,
Estados Unidos y casi toda Centro America, Guatemala incluida, solo
demuestran que mientras el PP anuncia su intención de
despenalización por otro lado no deja de sumar esfuerzos en donde
potencias extranjeras hacen una demostración de fuerza armada
coincidentemente cuando Sudamérica se une y pronuncia legítimamente
en contra de los intereses ingleses por las Malvinas por solo
mencionar un ejemplo.
El levantamiento del
embargo militar a la institución castrense también busca dejar al
ejército fuera de la lista de violadores a los Derechos Humanos,
mientras sus miembros siguen negando su responsabilidad en el
genocidio político y el acceso de las instituciones de justicia a
los archivos militares para esclarecer el paradero de los
desaparecidos y la verdad de lo ocurrido en la guerra. Por lo que de
acceder EEUU a las presiones del conservador PP, seria un espaldarazo
a la carrera armamentista en la región en momentos precisos de su
perdida de hegemonía.
El verdadero interés del
Partido Patriota como representante de la clase dominante y los
Estados Unidos, radica como anteriormente se ha dicho, en convertir
nuestro país en la avanzada y traspatio norteamericano para
garantizar su poder en el continente, en ningún momento un partido
ligado a los intereses mas rancios y conservadores le interesaría
abrir el debate sobre la despenalización de las llamadas drogas
blandas y/o duras de allí por que del silencio del CACIF.
No mas militarismo en nombre del combate a la droga cuando son los militares los traficantes de armas y drogas
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