MIGUEL ÁNGEL ALBIZURES
Este artículo podría también titularse Héctor Girón, Óscar Reyes o 
Gerónimo Ortiz Linares, los tres fueron líderes campesinos o sindicales y
 por su lucha en la defensa de sus derechos, por su exigencia en la 
aprobación e implementación de la Ley de Desarrollo Rural Integral 
fueron vilmente asesinados y, como siempre, no se sabe quiénes son los 
responsables, pues como en todos los casos se seguirán las 
investigaciones mientras quedan en el olvido los hechos y otros más 
correrán la misma suerte.
Ángel Alfonso Tzul trabajó 20 años en el Ingenio Palo Gordo, era 
secretario de Propaganda del sindicato, y fue despedido junto a otros 
trabajadores sindicalizados, quienes exigieron su reinstalación y el 
respeto al derecho de organización sindical. Según las denuncias, ya 
habían sido amenazados por el jefe de la seguridad privada que mantiene 
la empresa. El 3 de agosto, se lo tragó la tierra y su cadáver apareció 
días después, en el kilómetro 143 de la carretera al Pacífico, muy cerca
 del Ingenio.
El 8 de agosto, un día antes del Día Internacional de los Pueblos 
Indígenas, es asesinado Héctor Girón, en Teculután, Zacapa. Dos hombres 
–como siempre no identificados– vaciaron sus armas en su cuerpo. El 7 de
 agosto había participado activamente en las protestas que organizó el 
Comité de Desarrollo Campesino (Codeca) exigiendo el cese de la 
represión y el cumplimiento de las demandas de los campesinos, que desde
 hace tiempo están en manos del Gobierno, obteniendo como única 
respuesta la represión, ya que la protesta en Río Hondo fue disuelta con
 disparos al aire, bombas lacrimógenas y la detención de 11 campesinos, 
entre ellos una mujer. 
Ya en el mes de julio las organizaciones 
campesinas denunciaron el asesinato de Gerónimo Ortiz Linares, que se 
sumaba a otra serie de líderes campesinos asesinados por los guardias de
 seguridad de las empresas, como el caso denunciado en mayo por la Unión
 Verapacense de Organizaciones Campesinas, cuando el 21 de mayo fue 
asesinado Óscar Reyes, de 34 años, quien recibió aproximadamente 25 
impactos de bala y resultaron heridos Marcelino Ical Chub, de 25, con un
 disparo en la cabeza; Miguel Choc Cucul, de 21, con heridas en la 
pierna y brazos derecho; Arnoldo Caal Rax, de 56, con un disparo en la 
frente. O sea, en el agro sigue corriendo la sangre y estos hechos se 
dan por la injusta tenencia de la tierra, y porque no se pone atención a
 las demandas del campesinado.
Es una gran pena llena de una tristeza y lamento profundo que estas atrocidades continúen cometiéndose sin castigo para el asesino y, peor aún, existe temor (o indiferencia) por alzar la voz en los medios de comunicación masiva, lo que demuestra una evidencia más del abuso del poder a favor del silencio del pueblo que ha asolado desde siempre a este país, esta región, este mundo.
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