Ayer el Sr. Robert H.
Robinson Ingeniero de Minería, de Ambiente y Geotécnica de Estados
Unidos presento un informe parcial que revisa el Estudio de Impacto
Ambiental del proyecto minero progreso VII derivada -El Tambor- que
se encuentra cerca de la Aldea El Guapinol, Municipio de San Pedro
Ayampuc, a 15 kilómetros al norte de la ciudad de Guatemala, El
Estudio de Impacto Ambiental (EIA) fue elaborado por Explotaciones
Mineras de Guatemala, S.A. -EXMIGUA- que es propietaria del proyecto
minero y es subsidiaria de Kappes, Cassiday & Associates,
empresa con sede en Reno, Nevada, EEUU.
EXMIGUA cuenta con el
estudio de Evaluación de Impacto Ambiental (EIA) aprobado el 31 de
mayo de 2010, el cual está requerido por el Ministerio de Ambiente y
Recursos Naturales antes de la emisión de una licencia de
explotación por el Ministerio de Energía y Minas.
Sin embargo el Robert
H. Robinson anuncio que Algunos PROBLEMAS se encuentran en la
geología y la hidrología, no hay ninguna investigación en cuanto a
los impactos mineros al ambiente, la hidrogeología se dirige
únicamente al abastecimiento de agua para la mina no habla de cómo
las comunidades se verán afectadas por la utilización de dicho
recurso.
Los planes de minería
y recuperación del EIA son conceptuales en lugar de detallados,
Robinson lamento que los dibujos y figuras de ingeniería de acceso
público están ilegibles y aseguro que los planes de monitoreo son
vagos, el análisis métodos alternativos de minería y procesamiento
es limitado y no se incluye la alternativa de no-acción. La
alternativa de no-acción evaluaría los impactos sociales y
ambientales en comparación con los beneficios económicos, por
ultimo NO existe ningún plan para proteger el ambiente después del
cese de la minería.
El EIA contiene graves
deficiencias en la información, la planificación y las garantías
de recuperación, no existe ninguna garantía manifiesta en el
estudio que la empresa garantizara la salud pública y cuidado del
medio ambiente, por ejemplo el EIA habla de que el yacimiento de
minerales es fuertemente fracturado y fallado, lo que implica que
podría haber vías para la contaminación de aguas superficiales y
subterráneas de los alrededores sin embargo el estudio de impacto
ambiental no presenta ningún análisis del destino de los afluentes
contaminados.
El agua ha resultado
para la llamada Resistencia a la mina ubicada en “la Puya” una de
las principales preocupaciones, el EIA discute la hidrología de las
aguas superficiales, la hidrogeología regional y las aguas
subterráneas locales se analizan únicamente en lo que se refiere al
abastecimiento de la mina, existe poco análisis de la hidrogeología
del punto de vista de los impactos mineros en el medio ambiente.
No
existe una investigación de las características de los acuíferos,
incluyendo la geología, el grosor y la extensión, las variaciones
estacionales en la profundidad hasta el agua subterránea, los
limites y los acuíferos, la porosidad, la conductividad hidráulica,
la carga hidráulica y los gradientes, la dirección del flujo y la
velocidad, y los canales de agua o los pasajes tales como las fallas
y las fracturas.
No existe un análisis
sobre el impacto de la minería sobre el flujo de las aguas
superficiales a través de las nuevas exposiciones por la minería y
las vías en las aguas subterráneas.
Una
planificación y recuperación pos-minera que recaerá sobre las
comunidades y el medio ambiente.
El EIA no habla de
planes de recuperación una vez finalizada la extracción minera,
además la empresa minera no proporciona ninguna garantía para la
recuperación de la salud pública y el medio ambiente, Sin una
fianza de garantía adecuada la recuperación es incierta, Aun así
una fianza como la otorgada recientemente por Montana Exploradora de
Guatemala, S.A. de $28 millones dudosamente llegarían a las
familias y comunidades afectadas y los daños al entorno ambiental e
hídricos serian irremplazables.
Dado la presencia del
arsénico tóxico y del EIA inadecuado, el Ministerio de Energía y
Minas y el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales deberían
reconsiderar la aprobación de la licencia de explotación de
Progreso VII Derivada.
Dado que el EIA
presenta serias deficiencias desde el punto de vista del experto
norteamericano se recomienda que la aprobación de la licencia de
explotación de progreso VII derivada debe retirarse hasta que un
Estudio de impacto ambiental EIA adecuado esté preparado, y hasta
que la garantías financieras se den para asegurar la recuperación
posterior a la presencia de la mina.
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