Nos
hemos reunido en Asamblea de los Pueblos del Norte de El Quiché por la
necesidad que tenemos las Comunidades y los Pueblos de crear y tomar consensos,
acuerdos y decisiones, de poner en orden nuestras palabras para encontrar
respuestas y soluciones comunes a nuestros problemas comunes.
Siguiendo
el consejo y camino de nuestros abuelos y de nuestras abuelas, consideramos que
ha llegado el momento en que las Comunidades y los Pueblos tomemos asambleariamente
la palabra. Que es el momento de decir que estamos vivos a pesar de todo lo que
históricamente han hecho para hacernos desaparecer como Comunidades y como
Pueblos, que ha llegado el tiempo para que Comunidades y Pueblos desarrollemos
nuestras vidas y digamos lo que queremos.
Celebramos
esta Asamblea de los Pueblos del Norte de El Quiché pidiendo a los gobiernos
que terminen con el tiempo del miedo y de la agresión sobre nuestras familias,
Comunidades y Pueblos para que comience un nuevo tiempo de Vida para todos.
Es por
eso que tomamos la palabra en esta asamblea para decir que el desarrollo que el
sistema nos quiere imponer por medio de las empresas no es vida para nosotros,
porque promueve la usurpación de nuestras tierras y de nuestros recursos
naturales, crea división, odio y muerte, privatiza las políticas públicas de
solidaridad y de justicia social, poniendo a las empresas transnacionales y no
a los Pueblos como actores fundamentales en la lucha contra la pobreza y el verdadero
adelanto de toda Guatemala.
Lo
que nosotros queremos es reimpulsar la vida de nuestras Comunidades y de
nuestros Pueblos, que son los espacios en donde nace una buena vida o un buen
vivir para nosotros. En donde todos los seres que poblamos esta tierra vivamos
en armonía y equilibrio. Nuestros sistemas de vidas comunitarias y de Pueblos
son de reciprocidad con todo lo que nos rodea. En donde nadie se aproveche del
uno sobre el otro. Lo que nosotros buscamos es el “komon”, es decir, vivir
juntos y todos juntos tener un buen vivir.
Por
ello:
Exigimos
al Estado y al gobierno de Guatemala actuar de acuerdo a la Constitución
Política y otros instrumentos nacionales e internacionales de derechos humanos
y derechos de los pueblos indígenas, respetando y defendiendo el bien común de
los Pueblos sobre el bien particular o empresarial.
Rechazamos
y condenamos el expolio y la usurpación de nuestras tierras, y recursos
naturales propiciado por el Gobierno, empresas o particulares en orden a
desarrollar sus propios proyectos petroleros, mineros, hidroeléctricos o de
mega plantaciones, así como de reordenamientos territoriales, de recursos y de
población que empobrecen cada vez más a nuestros Comunidades y Pueblos, tales
como: La Franja Transversal del Norte, Petén, Litoral Pacífico, Corredor
Interoceánico, Sistema Hidroeléctrico Nacional, Zonas Francas, etcétera.
Rechazamos
y condenamos el desplazamiento y desarraigo de grupos, Comunidades o Poblaciones
de sus propias tierras de origen para asentar sobre las mismas cualquier tipo
de megaproyecto sea hidroeléctrico, minero, de extracción petrolera o de mega plantaciones
para agro combustibles. Es por eso que condenamos los desalojos violentos que
se están dando en todo el país.
Del
mismo modo condenamos las políticas públicas de invisibilización o manipulación
de las justas reivindicaciones, luchas y resistencia pacífica de los Pueblos
por conservar sus territorios, vidas y recursos naturales, así como la
respuesta de los gobiernos a las mismas, criminalizando las luchas sociales,
remilitarizando las áreas de donde parten las demandas, persiguiendo política y
criminalmente a líderes y lideresas indígenas y no indígenas, así como las
ejecuciones extrajudiciales de defensores de derechos humanos que continuamente
se van repitiendo en el país.
Pensamos
que el regreso al militarismo por parte de los gobiernos para intentar sofocar
las justas demandas y reivindicaciones sociales sólo promueve odio, división y
muerte.
Rechazamos
el acuerdo gubernativo No. 145-2013 por medio del cual el gobierno declara de
urgencia nacional y necesidad pública la construcción de las obras contenidas
en el Plan de Expansión del Sistema de Transporte de Energía Eléctrica y las
obras del Plan de Electrificación Rural, al igual de como lo hizo Carlos Arana
Osorio en el año 1970 con el decreto No. 60-70
robando las tierras de las comunidades en donde construyeron la Franja
Transversal del Norte.
Este
acuerdo violatorio de los derechos de la propiedad privada y comunal de los
pueblos, abre las puertas a las compañías transnacionales para que puedan
libremente y legalmente usurpar nuestras tierras.
Exigimos
al gobierno la restitución inmediata de las tierras usurpadas a las comunidades
por la fuerza de las armas durante la represión de la década de los años
ochenta, tales como Acul, Tzalbal en Nebaj, Zona Militar de Quiche, Chicoyoguito
en Cobán Alta Verapaz, entre otras.
También
deben ser devueltas a sus verdaderos dueños para ser cuidadas por los mismos
las tierras nacionales y las zonas de Reservas Naturales que ahora son solo una
justificación para desarrollar su modelo económico neoliberal, tales como
Laguna de Lachuá, Sierra de las Minas, Sierra de Chamá. Reserva de Biosfera de
Visis-Cabá, Biosfera Maya en el Petén.
Esta
Asamblea condena todos y cada uno de los hechos históricos de genocidio
cometidos contra todos nuestros Pueblos, con el fin de usurpar nuestras tierras
y bienes y de someter a servidumbre a nuestras Poblaciones.
Esta
Asamblea solicita la vigilancia necesaria a las Naciones Unidas y a la Organización
de Estados Americanos para que el Estado cumpla con su obligación de defender
el derecho de todos sus ciudadanos, ciudadanas, Comunidades y Pueblos.
Esta
Asamblea exige a la Procuraduría de Derechos Humanos (PDH) para que asuma sus
funciones con objetividad, de ser defensora de las personas, Comunidades y
Pueblos y de los derechos que les conceden las leyes nacionales e
internacionales suscritas por el Estado de Guatemala.
Manifestamos
nuestro total rechazo a las políticas de Estado y de gobierno, por no reconocer
las más de setenta Consultas Comunitarias de Buena Fe, las cuales están
amparadas en normas nacionales e internacionales que le obligan a reconocerlas.
Violando así los derechos colectivos, ancestrales e históricos de los Pueblos y
Comunidades.
Muy
por el contrario esta Asamblea alienta a todas las Comunidades y Pueblos a
expresar su voluntad política por medio de Consultas Comunitarias sobre
proyectos y programas oficiales que afecten su propia vida y su futuro, recordándole
al Gobierno su obligación de informar y consultar a los Pueblos antes de que
sean ejecutados.
Asimismo,
recomienda y anima a todas y cada una de las Comunidades y Pueblos a
desarrollar y profundizar su propia organización comunitaria, su propio sistema
de vida recuperando el valor de lo colectivo, de la diversidad, de lo duradero
aunque sea lento, priorizando los procesos de reproducción frente a los de
producción para la acumulación de capital.
Dando
prioridad al equilibrio frente al crecimiento económico sin límites, no basando
nuestros modelos comunitarios en el dinero sino en la construcción de nuestra
propia cultura e identidad, retomando la relación con la sagrada tierra y su
territorio, su propio gobierno y su derecho a la autonomía y libre
determinación.
La
Asamblea demanda a las Comunidades y a los Pueblos, no sacrificar sus derechos de
autonomía y libre determinación, ni de renunciar al derecho a la resistencia
pacífica ante las presiones del dinero y del capital, dado que la resistencia
pacífica es un hecho ciudadano garantizado en el Artículo 45 de la Constitución
Política de la República de Guatemala.
Es
por ello que la Asamblea pide a todas y todos, a cada una de las Comunidades y
Pueblos a profundizar, estudiar, investigar y reflexionar sobre nuestra tierra
y nuestro territorio, y declararnos defensores de nuestras Comunidades y de los
bienes que son parte de nuestra propia vida y de la vida de nuestra tierra.
Revisando
nuestros valores, coloquemos la vida de las Comunidades y de los Pueblos en el
centro de nuestra reflexión y experiencia, vinculándonos a la tierra y al territorio,
alentando la diversidad, tejiendo fuerzas de Comunidades y Pueblos, juntando
entre nosotros los conocimientos que nos acerquen a un buen vivir colectivo,
desenmascarando y denunciando el modelo de desarrollo neoliberal que se nos
impone.
Miembros
y Representantes de Comunidades, Colectivos y Pueblos Ixil, K’iche’, Uspanteko,
Sakapulteko, Poqomchi, Q’eqchi, Chuj, Q’anjob’al, Xinka, Ch’orti y Ladino de
diferentes regiones y territorios de Guatemala, nos reunimos para realizar esta
asamblea de los Pueblos.
En
el lugar sagrado de Nebaj, el día Wuqub Ajpu, del Kajlaju Ba’ktun.
El
20 de abril del año 2013.
AGUA
Y TIERRA PARA LOS PUEBLOS
UNA
MISMA SITUACIÓN, UNA MISMA RESISTENCIA
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