H.I.J.O.S. Guatemala se solidariza con las y los Sobrevivientes del
Genocidio y expresa su indignación ante la continua aplicación de
mecanismos de manipulación y amenaza contra el pueblo Ixil, por
parte de los militares acusados de genocidio y sus cómplices con el
fin 1. de arrinconar al sistema de justicia a detener de una vez por
todas el proceso abierto el 19 de marzo del presente, y 2. de
disuadir a los hombres y mujeres organizados en la Asociación
Justicia y Reconciliación a que desistan en su demanda de derechos.
Esta terquedad de los militares y sus cómplices por recurrir a
viejas tácticas represivas y sicológicas se ha evidenciado en
múltiples ocasiones que van desde pronunciamientos irresponsables
por parte del Presidente de la República – General Otto Pérez
Molina y su Secretario de la Paz (SEPAZ) y Presidente de la Comisión
Presidencial para los Derechos Humanos (COPREDEH) – Antonio
Arenales Forno en cuanto a negar que hubo genocidio en Guatemala,
visitas del General Pérez Molina a comunidades del área Ixil para
limpiar su imagen ante la población, campos pagados de AVEMILGUA
justificando la tortura y asesinato de población civil indefensa
como mujeres embarazadas, niños, niñas y ancianos en nombre de la
patria, campos pagados del CACIF haciendo eco de la consigna fascista
de negar el genocidio Ixil y el derecho a la justicia, entre otras.
Pues si de defender lo indefendible se trata, la única forma que los
militares y sus cómplices han encontrado es a través de la presión
y la manipulación, ya que los crímenes de lesa humanidad no se
pueden justificar bajo ningún código de principios humanos pasado o
futuro. Los delitos de genocidio son juzgables para el pueblo judío,
como lo son juzgables para el pueblo ruandés, como los son juzgables
para el pueblo guatemalteco.
El Juicio Histórico por Genocidio tiene la posibilidad de abrir un
debate pendiente sobre el derecho a la verdad y la justicia en
Guatemala y que las generaciones de adolescentes y jóvenes hoy
ejerzan su derecho a conocer su verdadera historia para garantizar la
no repetición.
Sin embargo los militares genocidas y sus cómplices continúan
encasillados en impulsar por un lado la teoría de los dos demonios
argumentando que ambos “bandos” durante la guerra cometieron
violaciones a los derechos humanos y que ellos están siendo víctimas
de conspiraciones. Sin embargo y aunque les duele, el 93% de las
violaciones a los derechos humanos atribuidas a las fuerzas del
Estado está bastante distante del 3% del cual son responsables los
grupos guerrilleros1.
Por otro lado han intentado manipular la verdad histórica,
argumentando de que lo que si hubo fueron excesos o casos aislados,
sin embargo cuando se conoce la verdadera historia de nuestro país
se puede analizar que de manera sistemática, planificada, financiada
y equipada por el propio gobierno de los EEUU, se cometieron crímenes
de lesa humanidad contra los pueblos. Ahí si convenientemente le
agregan el anonimato de los actores de dichos crímenes “aislados”,
volviendo a cerrar cualquier posibilidad de esclarecer con nombres y
apellidos a los responsables, pero además cerrando cualquier
posibilidad de esclarecer el paradero de familiares desaparecidos.
Desde hace décadas la población civil ha empujado la lucha contra
la impunidad por crímenes cometidos en contra del pueblo
guatemalteco; desde finales de los años 60´s cuando se dan los
primeros casos de desaparición forzada hasta la fecha, han existido
expresiones de sociedad civil por el derecho a la verdad y la
justicia, la palabra clave siendo sociedad civil, pues en ninguna de
estas páginas figuran quienes ahora se organizan como esposas de
militares y descaradamente intentan obstruir el acceso a la justicia.
Estos hechos son parte de una política de olvido y perdón impuesta
por el actual gobierno militar y empresarial en el cual el actual
funcionario de SEPAZ y COPREDEH esta jugando un papel nefasto, pues
se vincula directamente al cierre de acceso a fuentes para el
esclarecimiento histórico como lo fueron los Archivos de la Paz
junto a los señalamientos a la Corte Interamericana de Derechos
Humanos de incompetente para conocer denuncias de violaciones a los
derechos humanos contra el Estado de Guatemala, como en el caso de la
denegación de justicia en el plano nacional.
Solo para los militares genocidas y sus cómplices puede el derecho a la verdad y la justicia ser un retroceso al pasado.
Para nosotros hijos e hijas de la misma historia, el Juicio Histórico
por Genocidio del Pueblo Ixil es un compromiso con el futuro, que
trae posibilidades reales para la Verdadera Paz.
La nueva militarización que se vive en Guatemala y que busca
continuar sosteniendo la impunidad y continuidad de los “proyectos”
neoliberales, no solo se expresa en la deslegitimación de la
búsqueda de justicia en los tribunales, sino en los nuevos
asesinatos selectivos observados en el presente año. Solo en el mes
de marzo 2013 fueron asesinados 7 (siete) dirigentes sociales en las
consultas comunitarias contra la minería, en la defensa del derecho
a la salud pública y campesinos indígenas. Confirmando una vez mas
la vieja alianza entre los militares y grupos de poder oligárquicos.
Mientras los militares y sus cómplices contagian el odio y el
racismo hacia los pueblos sobrevivientes del genocidio para mantener
las políticas de impunidad, olvido y silencio no dan una lectura
crítica y actual sobre la realidad que en Guatemala se está
viviendo.
Llegó el momento en que las personas actores de los crímenes de
lesa humanidad paguen las consecuencias de sus actos.
JUICIO Y CASTIGO A LOS MILITARES GENOCIDAS Y SUS COMPLICES
NO OLVIDAMOS AL PUEBLO IXIL
H.I.J.O.S. Guatemala
Guatemala de la Resistencia, 17 de abril del 2013
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Conclusiones
Informe CEH
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